Esta receta es fácil, rápida y está de muerte, y al ser realizada con aceite no engorda mucho, pues nos quitamos la mantequilla de otros bizcochos. Además, es una receta que permite incluir muchos elementos para darle textura, sabor..., como puede ser un glaseado por encima para darle dulzor, añadirle a la receta pasas o nueces, e incluso ingredientes como canela para añadirle sabor,el chocolate para los más golosos, o bicarbonato sódico para la textura, pero en este caso, quiero enseñaros unicamente la receta básica, para que según los gustos de cada uno podaís añadir lo que os guste, e incluso experimentar diversas formas de realizarlo.
Los ingredientes son:
- 200 gr. de calabacín.
- 200 gr. de harina (si es bizcochona mejor, para la textura).
- 2 cucharaditas de levadura en polvo. Cucharaditas es una pequeña de café, pero hay veces que yo he echado algo más, porque lo quiero más gordito, sobre todo para comerlo fuera de casa, pero nunca más de un sobre de 15 gr.
- 3 huevos.
- 100 gr. de azúcar.
- 75 ml. de aceite de oliva virgen extra (se puede echar cualquier aceite de oliva, pero cuanto mejor sea más jugoso y más bueno va a estar).
- Una cucharadita de canela (Que a veces lo he echado y a veces no, según le guste o no al comensal, aunque el sabor es practicamente inapreciable si le da un ligero gusto).
Preparación:
- Lo primero de todo es lavar bien el calabacín, y con piel y todo lo rallamos y lo ponemos en un bol para más adelante. Podemos pelarlo antes de rallarlo, sino queremos que quede el bizcocho con un ligero color verde, pero yo lo prefiero con piel, son gustos personales.
- Untamos bien el molde en el que vayamos a echar nuestra masa de bizcocho con mantequilla y después con una ligera capa de harina espolvoreada, o con un spray especial para que no se nos pegue el bizcocho. Siempre uso la harina con la mantequilla por la pereza de comprarme el spray, y la verdad es que sale genial.
- Tamizamos la harina, la levadura, y la canela todo junto (En caso de no echar canela logicamente se omite).
- Ponemos a calentar el horno a 180º.
- En la batidora de barillas batimos los huevos con el azúcar. Primero echamos el azúcar, y vamos incorporando los huevos uno a uno integrándolos bien sin dejar de batir. Como todo, se puede echar de golpe los tres huevos y el azúcar, pero yo lo noto en la textura a la hora de comer el bizcocho. Como otros post de este tipo vuelvo a repetir: La integración de los ingredientes es importante.
- Añadimos el aceite.
- Añadimos la mezcla de la harina, con la canela y la levadura poco a poco mientras seguimos batiendo, integrandolo bien a la mezcla.
- Una vez unido todos los ingredientes es el momento de añadir el calabacín. Que no os engañe, es verdura, pero le da un sabor dulce al bizcocho, le da textura sin notarse las hebras que hemos rallado del mismo, y realmente queda genial.
- Cuando el calabacín esté perfectamente integrado en la mezcla vertemos nuestra masa en el molde y lo introducimos en el horno, que previamente hemos calentado a 180º, y lo metemos aproximadamente 30 minutos, según la fuerza de cada horno (Tiene que quedar jugoso y no duro, y para ello tenemos que conocer nuestro horno y esto se consigue practicando). La parte de arriba quedará dorada, y para comprobar si está hecho simplemente introducir un palillo o un cuchillo (el palillo deja menos marca), y si sale limpio ya está horneado.
- Una vez sacado del horno, lo ponemos en una rejilla y lo dejamos enfriar. No tarda mucho, por lo que en unos minutos (10 aproximadamente, y dependiendo de la temperatura del exterior), estará listo para comer.
Espero que os guste la receta tanto como a mí, y por favor, experimentar con ella añadiéndole pequeños sabores e ingredientes, y contarme el resultado, ¡¡me encantará conocer vuestros postres!!
Irene.
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